Además de sus maravillosos paisajes, las playas del golfo albergan las características ideales para la práctica del kitesurf, una aventurada propuesta que año a año gana más adeptos y que se suma a los tradicionales atractivos de la región que incluyen sol, mar, arena y avistaje de fauna marina.

Se trata de un deporte acuático en el que se utiliza la fuerza del viento para impulsarse sobre el agua con una cometa de tracción y una tabla. Aunque es de alto riesgo, la correcta  preparación permite que puedan practicarlo personas de todas las edades.

En este sentido, Iván Carpintero, titular de la escuela Costa Sur Kite, sostuvo que “el kitesurf es como cualquier otro deporte, lo importante es ponerle horas de práctica y ser consciente de los riesgos, pero no tiene nada de dificultad, por eso cada vez se suma más gente”.

Por otra parte, el kiter, que se dedica a dar clases desde hace más de una década, agregó que “el contacto con la naturaleza brinda un montón de sensaciones especiales, el viento que te empuja y el hecho de no necesitar ningún tipo de motor hace que esta actividad sea diferente a cualquier otra cosa. Nunca se termina de aprender y eso la vuelve apasionante, al igual que las ganas de superarse constantemente”.

Un lugar incomparable

Tanto amantes del kitesurf como aventureros que quieren dar sus primeros pasos en la disciplina eligen cada vez más las playas de la región gracias a sus particularidades que incluyen las características de los vientos, el microclima, la temperatura, la poca profundidad del agua y sus colores imponentes.

Al respecto, Carpintero destacó qué “cada año vienen más personas de afuera a practicar el kite y todos coinciden en que tenemos un destino increíble, sin nada que envidiar a grandes lugares. En este último tiempo tuvimos tres escuelas que vinieron de otros lados y ya están planificando un nuevo viaje para febrero, lo cual es reconfortante”.

Sobre las clases

De los alumnos que llegan a su escuela “el 85% nunca tuvo contacto con el deporte, así que es una experiencia muy buena. En la primera clase vemos todo sobre los vientos, el sistema de seguridad y el armado del equipo, y en la segunda ya salimos al agua, entre 8 y 10 horas de práctica alcanzan para salir navegando”, cuenta Iván.

Los atractivos del golfo 

Esta actividad se suma a las tradicionales propuestas de Las Grutas y el Puerto de San Antonio Este, donde cada verano arriban miles de personas para disfrutar extensas jornadas en la playa.

Además, estos destinos rionegrinos permiten realizar avistaje de fauna marina durante todo el año, brindando la posibilidad de ver lobos marinos, delfines y un sinfín de aves en su hábitat natural, especies a las que se suma desde mediados de agosto hasta fines de octubre, la ballena franca austral.




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