En los últimos días, una tormenta de nieve cubrió un extenso territorio del suelo rionegrino. Pero ni la nevada más fuerte de la última década pudo frenar el empuje del Tren Patagónico, que unió Viedma con Bariloche con normalidad.

La nieve cayó incesantemente durante horas y días en la zona oeste de la provincia. Vecinos de ciudades y parajes, junto a personal de Defensa Civil y bomberos, lucharon contra el temporal.

Pero mientras la intensa nevada bloqueaba caminos, afectaba servicios y cortaba el paso en las Rutas 23 y 40, principales vías de conexión de la zona, el Tren Patagónico sostenía su marcha.

La formación salió el viernes desde Viedma y arribó a Bariloche el sábado por la mañana. Cubierto por una gruesa capa de hielo y soportando temperaturas bajo cero, el tren llegó a destino en su horario habitual.

Cumpliendo con su rol social, el servicio se consolidó otra vez como la principal vía de comunicación de la Zona Sur, achicando las distancias y uniendo a los rionegrinos de las localidades y parajes más perjudicados por las crudas condiciones del invierno.

Rápidamente, la imagen del tren llegando a la ciudad lacustre tras recorrer más de 800 kilómetros de vías férreas cubiertas de nieve y barro se viralizó en las redes sociales y alcanzó difusión nacional.

Hasta el propio gobernador Alberto Weretilneck compartió el video: “Un orgullo rionegrino. Felicitaciones a todos los trabajadores”, destacó en su cuenta de Twitter.

Una vez más, el Tren Patagónico ratificó su icónica imagen como ejemplo de fortaleza y desarrollo estatal, revalidando la importancia de su servicio social y la jerarquía de su personal.



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