Neuquén:Un nuevo Encuentro de Vuelo a Vela de Montaña en Chos Malal
- 15 de noviembre de 2016
Poder apreciar el paisaje desde la perspectiva de un ave, es abrir una puerta a una dimensión extraordinaria. El volovelismo es una actividad singular que permite disfrutar de volar de una forma casi natural o pura: solo el sonido del viento, un cielo intenso y la belleza del paisaje sobre un horizonte eterno. Una mezcla de sensaciones y emociones que conlleva a vivir una experiencia inolvidable.
Miguel Laso y Raúl Macchi integran el Centro Nacional de Vuelo a Vela de Montaña (C.N.V.V.M) que organiza el XX Encuentro Internacional de Vuelo a Vela en Montaña desde el 5 de noviembre al 8 de diciembre en la localidad de Chos Malal, en el Norte Neuquino.
Ambos son amantes y fervientes promotores de una actividad que año a año suma más adeptos. Al respecto Raúl Macchi comenta: “Me apasionan los paisajes de montaña, volar en planeador y disfrutar de los amigos, una combinación perfecta! Empecé a volar en planeador en el año 2000, a los 38 años. Siempre quise volar, y el planeador es la forma más pura de hacerlo… Hoy tengo como hobby, además de volar en planeador, la fotografía, principalmente de paisajes.” Tal es así que con su cámara ha logrado capturar lo mejor del paisaje del Norte Neuquino.
Miguel Laso es piloto comercial y ha logrado combinar su trabajo con su pasión; el planeador. “De chiquito me gustaban los aviones, de jardín ya hacía avioncitos de madera.” Es oriundo de Bolívar, una localidad con una tradición aeronáutica importante. “Antes de terminar el colegio secundario ya tenía licencia de piloto de avión! *Me dediqué a los planeadores de chico, y lo mantengo hasta ahora*”, agrega.
Respecto a las características de la actividad indica: “El vuelo en planeador necesita corrientes de aire ascendentes para poder lograr la altura del mismo, realizar un recorrido y obtener así la mayor velocidad posible. Existen básicamente dos tipos de corrientes de aire, una es a través de corrientes térmicas, es decir se calienta la superficie y se asciende. La otra se produce en la montaña, en donde se origina un ascenso orográfico, originada por el viento, generándose un movimiento ondulatorio gracias a la presencia de la cordillera. Esa masa de aire es de muchísimo mayor volumen que una que se origina en una llanura, ascendiendo así mucho más alto y rápido. La Patagonia Argentina ha sido bendecida con una combinación perfecta; una cordillera larga y de una orientación bien definida, y con vientos predominantes del oeste, genera del lado de sotavento, es decir del lado argentino, una ondulación inmensa. Tal es así que el 80 % de los récords mundiales de vuelo a vela están hechos en este territorio, ya sea de velocidad o de distancia. Hay un vuelo de 3000 kilómetros originado en San Martín de los Andes, sobrevolando Neuquén principalmente. Los dos récords de velocidad más importantes han sido en Neuquén, vuelos a más de 270 km por hora han sido registrados aquí.”
En la Zona Norte se generan ciertas condiciones ideales para volar y está catalogada como el mejor lugar del mundo para el vuelo en onda: “las características del relieve que generan fuertes corrientes térmicas, junto a los importantes vientos del oeste y la presencia de la cordillera del viento como obstáculo, logran un espacio ideal para la actividad. A las que se suma el escaso tránsito áereo.”
Miguel comenta que la primera expedición de vuelo a vela que se hizo a Chos Malal fue en el año 1992, allí se descubrieron que las condiciones para el vuelo en onda eran óptimas. Mientras él estuvo trabajando en la Provincia de Neuquén para la empresa Transportes Aéreos del Neuquén (T.A.N.) en el año 1998, se acercó en una oportunidad a Chos Malal con un grupo de planeadores y a partir de allí, todos los años se encuentran en el mes de noviembre para dedicarse a pleno al volovelismo.
“Desde el C.N.V.V.M., nosotros consideramos a Chos Malal como nuestra casa, porque siempre paramos allí y tenemos muy estudiada la zona. Además la comunidad de Chos Malal nos recibe con afecto todos los años y forjamos lindos vínculos. De hecho, los días que no volamos aprovechamos para recorrer la zona.
El encuentro, explica Miguel, se realiza en el mes de noviembre ya que en esa época del año se cumplen una serie de factores que favorecen el vuelo en onda: “el pasaje de un frente frío, que se produce del sur hacia el norte en la Patagonia genera las condiciones para un vuelo en onda ideal. Igualmente durante el encuentro se originan 5 o 6 días aproximadamente de vuelo, por lo que aprovechamos para realizar vuelos de 4 o 5 horas hasta vuelos de 8 horas y alcanzar una altura de alrededor de los 7000 metros. Superior a ese estándar puede someter a los pilotos a condiciones extremas; ya que se alcanzan a registrar hasta 20 grados bajo cero dentro de la cabina Además en ocasiones requerimos equipos de oxígeno, ya que podemos llegar a volar a más de 10.000 metros de altura.”
Finalmente expresa lo que siente cuando realiza un vuelo a vela: “Lo más lindo es que es un vuelo libre… muy placentero, es una sensación de libertad. Arriba solo se escucha el viento. Volar en el Norte Neuquino tiene un agregado especial, su paisaje: durante el amanecer y el atardecer se pueden apreciar todos los relieves, gracias a la posición del sol. Vemos los glaciares que tiene en la cumbre el cerro Domuyo y los diferentes cráteres que tiene el volcán Tromen junto su colada de lava… un placer para la vista! Un espectáculo hermoso! Todo lo que se ve desde el planeador es impresionante, somos realmente privilegiados los que podemos estar en ese momento…”
A lo largo de las jornadas del Encuentro, están previstas una serie de actividades entre las que se destaca el taller de Vuelo a Vela de montaña. El objetivo del mismo es crear un espacio para intercambiar experiencias y aprender de los conocimientos de expertos.
Centro Nacional de Vuelo a Vela de Montaña
Enlace Sitio web: www.cnvvm.com.ar
Miguel Laso y Raúl Macchi integran el Centro Nacional de Vuelo a Vela de Montaña (C.N.V.V.M) que organiza el XX Encuentro Internacional de Vuelo a Vela en Montaña desde el 5 de noviembre al 8 de diciembre en la localidad de Chos Malal, en el Norte Neuquino.
Ambos son amantes y fervientes promotores de una actividad que año a año suma más adeptos. Al respecto Raúl Macchi comenta: “Me apasionan los paisajes de montaña, volar en planeador y disfrutar de los amigos, una combinación perfecta! Empecé a volar en planeador en el año 2000, a los 38 años. Siempre quise volar, y el planeador es la forma más pura de hacerlo… Hoy tengo como hobby, además de volar en planeador, la fotografía, principalmente de paisajes.” Tal es así que con su cámara ha logrado capturar lo mejor del paisaje del Norte Neuquino.
Miguel Laso es piloto comercial y ha logrado combinar su trabajo con su pasión; el planeador. “De chiquito me gustaban los aviones, de jardín ya hacía avioncitos de madera.” Es oriundo de Bolívar, una localidad con una tradición aeronáutica importante. “Antes de terminar el colegio secundario ya tenía licencia de piloto de avión! *Me dediqué a los planeadores de chico, y lo mantengo hasta ahora*”, agrega.
Respecto a las características de la actividad indica: “El vuelo en planeador necesita corrientes de aire ascendentes para poder lograr la altura del mismo, realizar un recorrido y obtener así la mayor velocidad posible. Existen básicamente dos tipos de corrientes de aire, una es a través de corrientes térmicas, es decir se calienta la superficie y se asciende. La otra se produce en la montaña, en donde se origina un ascenso orográfico, originada por el viento, generándose un movimiento ondulatorio gracias a la presencia de la cordillera. Esa masa de aire es de muchísimo mayor volumen que una que se origina en una llanura, ascendiendo así mucho más alto y rápido. La Patagonia Argentina ha sido bendecida con una combinación perfecta; una cordillera larga y de una orientación bien definida, y con vientos predominantes del oeste, genera del lado de sotavento, es decir del lado argentino, una ondulación inmensa. Tal es así que el 80 % de los récords mundiales de vuelo a vela están hechos en este territorio, ya sea de velocidad o de distancia. Hay un vuelo de 3000 kilómetros originado en San Martín de los Andes, sobrevolando Neuquén principalmente. Los dos récords de velocidad más importantes han sido en Neuquén, vuelos a más de 270 km por hora han sido registrados aquí.”
En la Zona Norte se generan ciertas condiciones ideales para volar y está catalogada como el mejor lugar del mundo para el vuelo en onda: “las características del relieve que generan fuertes corrientes térmicas, junto a los importantes vientos del oeste y la presencia de la cordillera del viento como obstáculo, logran un espacio ideal para la actividad. A las que se suma el escaso tránsito áereo.”
Miguel comenta que la primera expedición de vuelo a vela que se hizo a Chos Malal fue en el año 1992, allí se descubrieron que las condiciones para el vuelo en onda eran óptimas. Mientras él estuvo trabajando en la Provincia de Neuquén para la empresa Transportes Aéreos del Neuquén (T.A.N.) en el año 1998, se acercó en una oportunidad a Chos Malal con un grupo de planeadores y a partir de allí, todos los años se encuentran en el mes de noviembre para dedicarse a pleno al volovelismo.
“Desde el C.N.V.V.M., nosotros consideramos a Chos Malal como nuestra casa, porque siempre paramos allí y tenemos muy estudiada la zona. Además la comunidad de Chos Malal nos recibe con afecto todos los años y forjamos lindos vínculos. De hecho, los días que no volamos aprovechamos para recorrer la zona.
El encuentro, explica Miguel, se realiza en el mes de noviembre ya que en esa época del año se cumplen una serie de factores que favorecen el vuelo en onda: “el pasaje de un frente frío, que se produce del sur hacia el norte en la Patagonia genera las condiciones para un vuelo en onda ideal. Igualmente durante el encuentro se originan 5 o 6 días aproximadamente de vuelo, por lo que aprovechamos para realizar vuelos de 4 o 5 horas hasta vuelos de 8 horas y alcanzar una altura de alrededor de los 7000 metros. Superior a ese estándar puede someter a los pilotos a condiciones extremas; ya que se alcanzan a registrar hasta 20 grados bajo cero dentro de la cabina Además en ocasiones requerimos equipos de oxígeno, ya que podemos llegar a volar a más de 10.000 metros de altura.”
Finalmente expresa lo que siente cuando realiza un vuelo a vela: “Lo más lindo es que es un vuelo libre… muy placentero, es una sensación de libertad. Arriba solo se escucha el viento. Volar en el Norte Neuquino tiene un agregado especial, su paisaje: durante el amanecer y el atardecer se pueden apreciar todos los relieves, gracias a la posición del sol. Vemos los glaciares que tiene en la cumbre el cerro Domuyo y los diferentes cráteres que tiene el volcán Tromen junto su colada de lava… un placer para la vista! Un espectáculo hermoso! Todo lo que se ve desde el planeador es impresionante, somos realmente privilegiados los que podemos estar en ese momento…”
A lo largo de las jornadas del Encuentro, están previstas una serie de actividades entre las que se destaca el taller de Vuelo a Vela de montaña. El objetivo del mismo es crear un espacio para intercambiar experiencias y aprender de los conocimientos de expertos.
Centro Nacional de Vuelo a Vela de Montaña
Enlace Sitio web: www.cnvvm.com.ar
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