Desde el Centro PyME-Adeneu se informó que el cultivo de almendros, en particular, tuvo un incremento del 20 por ciento de superficie implantada en el último año.

La superficie implantada de frutos secos continúa creciendo en la provincia y específicamente la de almendros, que aumentó el último año un 20 por ciento. “Pasaremos de tener unas 60 hectáreas a tener alrededor de 75, como parte de lo que se ha ido reconvirtiendo de peras y manzanas”, explicó Silvana Moschini, coordinadora de Programas Productivos del Centro PyME-Adeneu, dependiente del ministerio de Producción e Industria.

Aseguró que son varias las razones por las cuales “los productores se han ido reconvirtiendo a frutos secos, que es una actividad totalmente mecanizable y con otro tipo de rentabilidad, más segura”.

En este sentido, destacó que “el nogal entra en producción aproximadamente en el cuarto año y logra su máximo de producción a los 7 u 8 años; por el contrario, el almendro al tercer año ya está teniendo producción y al quinto año ya está a pleno su producción”. 

Por otra parte, detalló que esta actividad además de “ser completamente mecanizable, la conservación del fruto seco es muy diferente a la pera y la manzana porque no es un fruto tan perecedero, por lo que teniendo adecuadas condiciones sanitarias de conservación, no es necesario específicamente un frigorífico”.

Por otra parte, destacó que “el incremento de la demanda de consumo de frutos secos está estimado a nivel mundial en un 5 por ciento anual, y la plantación en el mundo no está creciendo todavía a ese ritmo, así que es un mercado prometedor”.

Recordó que desde la subsecretaría de Producción se continúa coordinando el Programa de Erradicación de Montes Frutales con riesgo sanitario en chacras de la zona Confluencia, tarea iniciada en 2016, con el objetivo de erradicar superficies abandonadas u obsoletas que constituyen un riesgo para mantener bajo control la carpocapsa, principal plaga de la fruticultura.

Están inscriptas en el programa 260 hectáreas, pertenecientes a 66 productores, de las cuales, hasta el mes de julio pasado, ya se habían erradicado 222 hectáreas. Este trabajo contempla superficies con montes verificados en riesgo sanitario de peras, manzanas y membrillos ubicados en San Patricio del Chañar, Centenario, Vista Alegre, Plottier y Senillosa.

“Toda esta superficie de plantaciones frutales en riesgo sanitario que se erradica por parte de la provincia, cuenta con un compromiso del productor de hacer otro cultivo o poner en producción otra cosa”, dijo Moschini y agregó que “generalmente lo primero que hace el productor es algo de forraje, tanto alfalfa como forrajes anuales, que tienen gran demanda en la provincia y son de recupero rápido, porque en el lapso de un año esta producción genera ingresos”.

“Este proceso de reconversión comienza así, y posteriormente algunos productores deciden pasarse a frutos secos y otros a horticultura”. Al respecto aclaró que “son muy pocos los que se reconvierten a variedades nuevas de manzanas, principalmente por el tiempo, porque son necesarios entre cuatro a seis años para empezar a recibir ingresos y eso lo torna un poco más complicado”.

Hasta el mes de agosto pasado Neuquén contaba ya con 71 hectáreas de almendra y 320 hectáreas de nueces. Estos cultivos tuvieron un gran crecimiento durante la última década, mediante inversiones que estuvieron acompañadas de asesoramiento técnico y capacitación por parte del Centro PyME-Adeneu.



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